Un error fatal que no te ayudará a quedarte embarazada

He trabajado con cientos de mujeres.

Muchas llevaban años queriendo quedarse embarazadas y no lo conseguían.

Y… una constante que se repite en todas ellas. Algo que las que lo han conseguido tuvieron que cambiar es que…

No. Antes de desvelarte qué es permite que te pregunte.

 ¿Te reconoces en alguna de estas afirmaciones?

  • Si consigo ser mama, mi bebé será lo primero.
  • Siempre antepongo los deseos y necesidades de los demás a los míos. Soy alguien con quien todos (mi familia, mis amigos o en el trabajo) pueden contar. Aunque ello suponga olvidarme de mi misma.
  • He dejado mi vida en stand by por la búsqueda de un embarazo. Ya no salgo casi, ni bebo, he pospuesto viajes, he rechazado, he dejado de buscar o no cambio de trabajo por si me fuera a quedar…
  • Me importa demasiado lo que piensen los demás…No puedo evitar esforzarme por complacerles, aunque ello me agote y luego me haga sentir mal.

Has adivinado ya ¿qué constante hay detrás?

Pues si has respondido si a alguna de las preguntas anteriores, estás olvidándote de pensar en ti misma.

Y eso…

¿Qué está provocando en tu vida, no pensar en ti?

Hablemos de las consecuencias…

Las consecuencias son muchas, pero las más habituales son:

  • Rabia que canalizas en forma de arrebatos de ira. Como la gotita y el vaso de agua… vas dejando que se llene y explotas con el que menos culpa tiene. Y, lo peor es que luego te sientes fatal.
  • Tristeza. Puede que en tu familia te enseñasen a callar esa rabia o a no expresarla. Por eso la canalizas o llorando o guardándotela para ti. Esto, es lo más destructivo que puedes hacer. La energía de la rabia es de las más potentes de la naturaleza. De hecho, es tan potente que te puede salvar la vida. Ahora, si te la guardas dentro, de algún modo se ha de manifestar, ya sea en forma de comportamientos destructivos o de alguna enfermedad. (Como las localizadas en el tiroides, en la espalda, en el estómago y también en el útero, si rechazas aspectos que asocias a la maternidad)
  • Comportamientos destructivos, como comer en exceso, o comida basura, fumar, autocriticarte y autoexigirte en extremo, perseguir o culpar a de tus seres queridos (criticando o juzgándoles), entre otros.
  • Estrés, ansiedad con todos los síntomas asociados como insomnio, tensión…y por supuesto desajustes hormonales (aumenta la prolactina y el cortisol) que afectan a tu capacidad para concebir.

¿Que piensa tu inconsciente de todo ello?

 

Pero lo peor no es todo esto.

Lo peor es que tu inconsciente piensa que, si esto ocurre ahora, que se supone tienes más tiempo ¿qué pasará cuando llegue un bebe?

La respuesta es que tu estarás aun más en la cola. Si ahora no atiendes tus necesidades, con un bebé, ten por seguro que lo harás menos aún.

Conscientemente puedes decirte lo que quieras…

  • Me organizaré mejor,
  • Pediré ayuda,
  • Mi pareja se me involucrará más…

Pero para tu inconsciente no son más que palabras. Has roto compromisos contigo misma demasiadas veces… Ya no te cree en ti.

Tu inconsciente sabe que, si no lo has hecho ya ¿Por qué habrías de hacerlo con una carga de trabajo mayor?

Él sabe que ello no ocurrirá. Y como no puede permitir que vayas a peor, no te dejará avanzar en tu proyecto de maternidad, hasta que no logres romper con algo de lo anterior.

Y sé que es difícil…

¿Pero porque te cuesta tanto pensar en ti misma?

Descubre qué hay detrás

Pueden ser muchos los factores que esté operando en este sentido. Comento a continuación los dos más habituales.

Experiencias del pasado (de tu niñez o adolescencia) que no supiste gestionar

Situaciones en las que te no te sentiste querida o valorada o tenida en cuenta. Éstas te causaron un dolor profundo que has de sanar.

Cada situación que te enfrenta a una situación similar te hace volver a conectar con cómo te comportaste entonces.

Si entonces decidiste que, para ser amada, para que te valorasen o para te atendieran, ayudarías más, o harías más y mejor las cosas o responsabilizarías de hacer tareas que les correspondían a otros, inconscientemente sigues haciéndolo ahora cuando necesitas sentirte así: Querida, valorada o atendida.

Debajo de esa necesidad de hacer todo por los demás, de ejercer de salvadora de todos, o de intentar que todos estén bien a tu alrededor, hay un miedo a que no te quieran o a no valer sino les ayudas, si no ejerces ese rol.

Mandatos o contramandatos que aprendiste en tu familia

Y eso ¿qué es?

Para entendernos… una orden no verbal o verbal que recibiste o aprendiste de tus padres o abuelos y que interiorizaste para poder pertenecer a tu familia y ser aceptada y querida en ella. Te pongo algunos ejemplos:

  • Si viste en tu madre esa necesidad de complacer o sacrificarte por todos los demás, aun a costa de ella, puedes haber crecido imitando ese comportamiento, sin darte cuenta.
  • Puede que te dijeran cosas tipo “no seas egoísta” y por ello puedes creer que pensar en ti está mal.
  • Si has crecido viendo que tus padres trabajaban muchísimo, o te exigían mucho, puedes tener problemas para permitirte parar o dejar de hacer.

Estos mandatos y contramandatos operan a un nivel tan profundo que si los rompes sentirás culpa o ansiedad.

De ahí que las veces que hayas decidido cambiar, no haya sido fácil hacerlo.

Y… entonces ¿Cómo empezar a pensar en tí?

Descubre cómo puedes salir… PUEDES HACERLO

Dirás… Si… Se que necesito empezar a pensar en mí…

Es algo que quiero hacer…

  • Pero es tan difícil hacerlo. Siempre acabo pensando antes en los demás, sino me siento mal o siento que les estoy defraudando, o
  • Me siento culpable cuando dejo de hacer algo que tengo pendiente o cuando descanso teniendo cosas que hacer o
  • Siento que debería esforzarme, u organizarme o saber hacerlo mejor, pero por más que lo intento no lo consigo.

Si te dices algo de lo anterior, no eres la única.

Yo me decía cosas así y muchas mujeres con las que he trabajado.

Lo bueno es que todo ello, se puede cambiar. Son creencias y comportamientos aprendidos y como tales se pueden desaprender.

Depende de ti…

Puedes empezar a priorizarte, a darte permiso para pensar en ti y para dedicarte tu tiempo o seguir autogenerándote estrés, con las consecuencias que éste tiene en tu vida y en tu fertilidad.

Para hacerlo, te animo a que empieces a escuchar tu rabia y las alertas que te da tu cuerpo. Si, esas molestias que sientes en el estómago, en el pecho, en la garganta, en la espalda, en el vientre, o en cualquier otro lugar, y que sueles desatender.  

Cuando las sientas, empieza a marcar límites, escucha qué necesitas y pídelo, pide ayuda y empieza a enfrentar los miedos que hay detrás de todos esos comportamientos que no te están ayudando.

Nadie puede hacerlo por ti.

Yo puedo acompañarte, mostrarte lo que no ves y ayudarte a sanar lo que hay detrás. Descubre cómo haciendo clic aquí.

Pero, insisto, depende de ti.

Como indican en los aviones, ante una falta de oxígeno, tendrías que ponerte tu la mascarilla primero y luego ponérsela a tu bebé.

Si tu no estás bien, el no lo estará. Tu inconsciente lo sabe y hasta que tu no te pongas la mascarilla, el no llegará.

Por favor, comparte conmigo. Escríbeme, ponte en contacto conmigo o déjame un comentario.

¿En qué situaciones no piensas en ti? o ¿Cómo vas a empezar a hacerlo y a ponerte la mascarilla?

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *