Jose María Doria, en su libro “Cuentos para Aprender a Aprender” compila una selección de cuentos y leyendas milenarias de la tradición Sufí, India y Zen, que completa con sus pensamientos y reflexiones acerca de hombre y los desafíos a los que nos enfrentamos De entre estos relatos os comparto el titulado “Las llaves de la Felicidad”.
“En una oculta y misteriosa dimensión del universo se halaban reunidas las fuerzas creadoras de los mundos, dispuestas a realizar su papel con el ser humano e un hermoso planeta azul.
Como quiera que tales dioses tenían un gran sentido del humor, decidieron gastar una enorme broma al ser humano; en realidad la broma mas importante de la vida sobre la Tierra.
Para ello decidieron determinar, nada mas y nada menos, cual seria el lugar a los que a los seres humanos les costarías más encontrar. Una vez hallado éste, depositarían allí las llaves de la Felicidad.
-Las esconderemos en lo más profundo de los mares- dijo uno de ellos.
-Ni hablar- repuso otro rápidamente. El ser humano avanzará en sus ingenios científicos y será capaz de llegar allí y encontrarlas.
– Bueno, pues también podríamos esconderlas en lo profundo de los volcanes. Dijo otro.
– Tampoco. Volvió a replicar un tercero. Resultará inútil, porque igual que logrará dominar las aguas, también será capaz de dominar el fuego.
– Y por qué no bajo las rocas más sólidas y profundas de la tierra? – propuso otro.
– Inútil- replicó un compañero. En unos miles de años el hombre dispondrá de capacidades increíbles para sondear los subsuelos y extraer los metales y piedras preciosas que desee.
– Ya lo tengo- dijo uno que, hasta entonces, no había hablado. Esconderemos las llaves en las altas nubes del cielo.
– Tonterías-replicó otro de los presentes. Todos sabemos que los humanos no tardarán en volar y dominar los aires y en poco tiempo las hallarían.
Un silencio se hizo en el seno del insólito cónclave de dioses. Hasta que hablo el más ingenioso de ellos que, con solemnidad, dijo:
– Las esconderemos donde, por más que busque, tardará mucho tiempo en suponer e imaginar. En el lugar del Universo dónde el hombre tardará más en mirar: En el interior de su corazón…
Y todos estuvieron de acuerdo.»
Este cuento me hace pensar en que muchas de nosotras batallamos y luchamos a diario por obtener la felicidad, pero solemos buscarla siempre fuera. Nos decimos que seremos felices, cuando acabemos los estudios, cuando compremos la casa perfecta, cuando encontremos el trabajo ideal o la pareja de nuestros sueños, cuando nos casemos, cuando compremos el coche soñado o hagamos un viaje a una isla paradisíaca…y, por qué no, cuando seamos madres y tengamos a nuestro bebé en nuestros brazos…
Con todo, lo que he aprendido y trato de recordar a diario es que, la felicidad no llega cuando conseguimos lo que deseamos, sino cuando sabemos disfrutar de los que tenemos y de quienes somos.
Como señala el relato, la llave de nuestra felicidad está en nuestro corazón, y, yo añadiría, también, en nuestra mente… Solo aprendiendo a gestionar nuestros pensamientos y emociones, encontraremos nuestra felicidad.
Deseo de corazón que la encuentres este año… no soñando con el mañana, sino viviendo y disfrutando del hoy, de tu presente.
No hay mejor momento para ser feliz que éste y las llaves siempre han estado en tu interior. ¿Te animas a buscarlas?
Si necesitas ayuda en tu búsqueda, estaré encantada de acompañarte en tu camino.